A mis cuarenta puedo decir que vi mucho de lo mejor y que lo mejor aun no lo he visto.
Alla por mi tierna adolescencia me escape un fin de semana de un enero lluvioso y me aventure en una cancha embarrada con un pequeño escenario que se hizo grande con monstruos de aquel entonces: Soda Stereo, Fito Paez, Paralamas do Sucesso, Roupa Nova...
Volver con el barro hasta las rodillas, disfonico por cantarme todo y pedir mas, caminar desde San Bernardino pueblo hasta el desvio y esperar a La Caacupeña a las 8 de la mañana de un lunes, solo puede contarse desde los barrosos zapatos de los que peinamos canas de los cuarenta y enarbolamos la bandera de la "ochentosidad" como decada elegida.
Yo estuve en Rock Samber... gracias Dios por ese momento...
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